Boleto Estudiantil

Una vieja y rancia deuda social, apunta – en base a un anuncio- a ser saldada, en principio, a partir de una decisión política surgida de la autoridades de la Ciudad de Buenos Aires: el boleto estudiantil. Aparte del efecto político específico doloroso que esto significa en la Argentina, la implementación de este mecanismo de gratuidad para que los alumnos puedan ir y regresar de escuelas y colegios distiende y mucho una de las válvulas de presión generadas en los últimos 25 años, por las estadísticas que indican que los factores de merma de niveles educativos, deserción escolar y ahogo en los estándares de rendimiento de los estudiantes, incluyen, entre otros item y sin capacidad de discusión, las complicaciones económicas que suelen devenir en la frustración educativa de miles de chicos porque el transporte les resulta inaccesible.

Hemos sostenido durante décadas que la realidad económico-financiera de una empresa de colectivos urbanos jamás debería albergar en sus contabilidades la posible baja de rentabilidad emanada de la gratuidad en los boletos de quienes deben viajar gratis sí o sí. Nos referimos a jubilados, discapacitados, estudiantes y algunos grupos especiales de la sociedad (servidores públicos, combatientes de Malvinas, etc.) ¿por qué? por el inmenso poder de una mesa de negociaciones a la que se sientan los dueños de esas empresas, cuyos números, en la mayoría de los casos, resultan con un superávit envidiable aunque lloren intentando demostrar lo contrario y los gobiernos subsidiaristas (es decir, todos los gobiernos) que, algunas veces, entienden que ciertas asignaciones son, claramente, inversiones y no gastos.

Horacio Rodríguez Larreta, en amalgama de planes con la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, anuncia que a partir del 1º de noviembre cambiará la realidad de los chicos que viajan a su escuela, quienes se verán desafectados de tener que restar crédito en sus tarjetas SUBE. Con el Jefe de Gobierno estuvieron el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, la ministra de Educación, Soledad Acuña, y el secretario de Transporte, Juan José Méndez. El titular del ejecutivo porteño remarca que se trata de un anuncio que muestra la prioridad y la importancia que le dan a la Educación Pública en la Ciudad y que se consuguió en base al diálogo y al consenso, como ya ocurrió en otras oportunidades y por otros temas.

El anuncio en cuestión refiere a la presentación de un proyecto de Ley a la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, que, si todo se encamina como está previsto, dejaría habilitada la gratuidad de los viajes estudiantiles en colectivos, subtes y premetros a partir del primer día de noviembre, lo que generará un mínimo rendimiento durante este ciclo lectivo, mientras que tendrá su gran prueba de fuego en el año 2017. Los beneficiarios serán alumnos de escuelas y colegios públicos de la Ciudad de Buenos Aires, aunque tengan residencia en la Provincia de Buenos Aires. Abarca también a estudiantes pertenecientes a las instituciones privadas con subsidios al 100% por parte del Estado.