Puente peatonal valioso

El puente para cruzar desde la Terminal de Retiro hacia la vereda que desemboca en una importante Sede Judicial, en la Avenida de los Inmigrantes se transformó en una pieza imprescindible en la zona. Parecía que no era demasiado importante y desde ciertos sectores, en 2013 se consideraba que contar con un puente para cruzar la Av. Antártida Argentina en la punta de la Terminal Buenos Aires de ómnibus hacia y desde la esquina de la Av. de los Inmigrantes para facilitar el acceso a los tribunales de Retiro, podría significar una pasarela para sacar fotos, ya que la vista urbana desde el antropoducto es interesante.

Sin embargo, ahora, que está construído, muchos de quienes traen costumbre de circular por la zona y cruzar la salvaje esquina porteña en la que más micros de doble piso por día pasan (cosa lógica: para todos es ruta obligada tras maniobrar la salida de TEBA) comienzan a notar  una mayor tranquilidad entre los transeúntes. Naturalmente, es un puente, es alto y hay que subirlo, con todo lo que ello implica para cada instancia física de cada uno que lo viene haciendo desde la inauguración, en Septiembre.

A todo lo bueno siempre se le oponen dos instancias: lo malo  y lo mejor. Lo malo era no tener el pasaje elevado. Lo mejor, quizás sea algún dispositivo electromecánico para evitar que personas con inconvenientes para subir las escaleras y que no se traslade en silla de ruedas  (el puente tiene rampa, aunque hoy está más aprovechado por las bicicletas que por ningún otro usuario), tengan que hacer esfuerzo. Un cobertor (un techo) para poder cruzarlo los días de lluvia sin mojarse habrá sido seguramente motivo de discusión entre los distintos responsables técnicos de esta obra pública.

El puente es hoy el principal paso de cruce de la Avenida Antártida Argentina, pero el cruce con semáforo sigue existiendo y es un complemento de uso del camino elevado: es claro que cruzar por arriba es más seguro, pero cruzar la calle (avenída, en este caso) es más rápido.

Llegar a los Tribunales de la Avenida de los Inmigrantes, hoy es más sencillo. Es que el puente, más allá de la seguridad, oficia de referente de ubicuidad, lo que facilita la identificación de los lugares de la zona y se establece como un nuevo accesorio de vistoso efecto, a favor del paisaje urbano porteño.